domingo, 8 de agosto de 2010

La relación entre Ética y política.


Esto es un extracto de un TP que tuve q hacer pa la facu, es una mirada interesante, la que aporta weber.

Entonces ¿cual es la relación entre ética y política?
Weber hace referencia a la ética del evangelio, a “poner la otra mejilla”, incondicionalmente, sin preguntarse si el otro tiene derecho a pegar o no. Dice que esta ética se toma en su totalidad o se deja en su totalidad. Continúa alegando que es una ética de la indignidad, salvo para los santos. Así esta ética sí está llena de sentido y sí es expresión de una alta dignidad, pero no si así no es. La ética cósmica nos ordena “no resistir al mal con la fuerza”, pero para el político lo que tiene validez es el mandato opuesto: has de resistir al mal con la fuerza, pues de lo contrario te haces responsable de su triunfo. Por ejemplo, de la obligación de decir la verdad, que la ética nos impone sin condiciones, se ha sacado la conclusión de que hay que publicar todos los documentos, sobre todo aquellos que culpan al propio país, y, sobre la base de esta publicación unilateral, hacer una confesión de las propias culpas igualmente unilateral, incondicional, sin pensar en las consecuencias. El político se dará cuenta de que obrando así no se ayuda a la verdad y menos al país que tiene obligación conducir bien. Esto sería desastroso para el país, pero la ética absoluta ni siquiera se pregunta por las consecuencias.
Con esto llegamos al punto decisivo.
Tenemos que ver con claridad que toda acción éticamente orientada puede ajustarse a dos máximas fundamentalmente distintas entre sí e irremediablemente opuestas:
• Puede orientarse conforme a la ética de la convicción.
• Puede orientarse conforme a la ética de la responsabilidad.
No es que la ética de la convicción sea idéntica a la falta de responsabilidad o la ética de la responsabilidad a la falta de convicción. No se trata de esto pero sí hay una diferencia abismal entre obrar según la máxima de una ética de la convicción o según una máxima de la ética de la responsabilidad, como la que ordena tener en cuenta las consecuencias previsibles de la propia acción.
Cuando las consecuencias de una acción realizada conforme a una ética de la convicción son malas, quien la ejecutó no se siente responsable de ellas, sino que responsabiliza el mundo. Quien actúa conforme a una ética de la responsabilidad, por el contrario, toma en cuenta todos los defectos del hombre medio.
El problema aparece con la santificación de los medios por el fin, ante el cual parece forzosa la destrucción de cualquier moral de la convicción. De hecho, no le queda lógicamente otra posibilidad que la de condenar toda acción que utilice medios moralmente peligrosos. Quien opera conforme a una ética de la convicción no soporta la irracionalidad ética del mundo. No es posible meter en el mismo saco la ética de la convicción y la ética de la responsabilidad, del mismo modo que no es posible decretar éticamente qué fines pueden santificar tales o cuales medios, cuando se quiere hacer alguna concesión a este principio.
Weber termina advirtiendo que quien quiera en general hacer política y, sobre todo, quien quiera hacer política como profesión, ha de tener conciencia de estas paradojas éticas y de su responsabilidad por lo que él mismo, bajo su presión, puede llegar a ser. Quien hace política pacto con “poderes diabólicos” que acechan en torno de todo poder. Dice que quien busque la salvación de su alma y la de todos los demás que no la busque por el camino de la política, cuyas tareas solo pueden cumplirse a través de la fuerza.

Este trabajo fue inspirado y desarrollado en base al texto, • El Científico y El Político: La política como Vocación. Max Weber.

1 comentario:

  1. eyy no te lleves los creditos sol jaja.. al trabajo lo hicimos 3!! o lo dejas afuera a lao y a mi??? jajaja.. nestor 2011
    exeKiel

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